jueves, 3 de marzo de 2011

De pueblos, transporte escolar, burocracia absurda y demandas justas

Imagen: Los vecinos de Becerril reivindican un transporte escolar.
Ayto. Becerril del Carpio (Palencia)
 
Imaginad por un momento que vivís en un pequeño pueblo de Montaña -sé que a muchos no os costará demasiado-. Durante años, habéis sufrido un goteo continuo e imparable de jóvenes que emigraban a la cabecera de comarca, a la capital o a otros lugares en busca de una oportunidad. Sí, la tierra, ya no es rentable. "Europa" nos enseñó a vivir de subvenciones, sin preocuparnos por buscar alternativas. Así que,  aquel futuro lejano e incierto, es ya presente negro y confuso.

Cada vez hay más viejos en el pueblo y más casas cerradas que, a falta de inquilino, poco a poco, van amenazando ruina... La escasa población acabó, hace ya mucho tiempo, con el cura, el médico y el maestro, si es que alguna vez llegaron a estar en el pueblo. Después fue el cartero, quien vio limitadas sus visitas y entregas y, un poco más tarde, el servicio de recogida de basura, que ya NO pasa a diario,  sino dos o tres veces por semana... 

Un buen día, sale el sol, un rayito de luz se cuela entre los nubarrones... alguien, por fin, ha decido alquilar una casa, llegan nuevas familias o, quizá, son simplemente aquellos jóvenes que marcharon y ahora retornan, cansados de perseguir imposibles. Los niños vuelven a corretear por las calles, sus risas se escuchan de nuevo y con ellas renace la esperanza....

Pero, la burocracia vuelve a aparecer en escena. Los niños crecen y a falta de colegio en el pueblo han de trasladarse a otro lugar a estudiar. Evidentemente, los padres, que siempre desean lo mejor para sus hijos, prefieren que vayan al colegio más próximo y que los cambios que efectúen sean mínimos. Así pues, solicitan a la Dirección Provincial de Educación que les facilite un transporte... y, oh! sorpresa, el transporte no acaba de llegar.

Esto, más o menos, sobre todo la última parte, es lo que les ha pasado a los vecinos de Becerril del Carpio, una pequeña pedanía de Alar del Rey, muy cercana también a Aguilar de Campoo (Palencia). ¿Por qué no les facilita la Dirección Provincial un transporte hasta Aguilar, lugar donde quieren que sus hijos cursen Primaria, Secundaria y Bachillerato?? Muy sencillo, porque el Ayuntamiento al que pertenecen, el de Alar, quiere que los niños estudien Primaria allí, secundaria en Herrera de Pisuerga y Bachillerato en Aguilar de Campoo....

¿No es total y absolutamente absurdo??? ¿No debería en estos casos primar el interés por la educación del niño y por su comodidad? Parece ser, a tenor de lo que cuentan los periódicos  (Diario Palentino, Norte de Castilla) y de las reclamaciones de la Junta Vecinal de Becerril del Carpio, que la razón y el entendimiento, en este caso, se han nublado por completo...

Esperemos que alguien entienda, más pronto que tarde, que es justo atender a las demandas de los padres, que no hay por qué trazar fronteras burocráticas entre pueblos de menos de 1000 habitantes y qué bastante difícil es ya la "vida rural" y la situación de los "eternos nuevos pobladores". Parafraseando un conocido programa de televisión, "tonterías las justas".

Os dejó también la entrevista realizada al presidente de la Junta Vecinal de Becerril del Carpio en Radio Aguilar F.M






Nota: Estaré unos días desconectada, vuelvo el domingo ;-)

lunes, 28 de febrero de 2011

Nieve fugaz tras los cristales


Imagen: parque de la isla, Aguilar de Campoo (Palencia)

Este año apenas hemos visto la nieve. Ha hecho breves, fugaces y escasas apariciones. Cosa extraña en estos lares, donde estamos habituados a neveros de metros de altura...  Me encantaría mostraros paisajes de Foldada cubiertos de nieve... Pero, como muchos ya sabéis, paso más de la mitad del día en Aguilar de Campoo, donde trabajo. Cuando salgo de mañana aún no ha amanecido y cuando vuelvo por la tarde, ya está anocheciendo. Tomar buenas imágenes en estas circunstancias es complicado, más una novata como yo.


Imagen: Avda. Ronda, una de las calles principales de Aguilar, 
al fondo el castillo o lo que queda de él

Así pues, ante la imposibilidad de enseñaros la nieve en Foldada, esta mañana, no me pude resistir y mientras al otro lado de la ventana caían copos como trapos, saqué estas instantáneas desde la oficina. Sí, las vistas son privilegiadas y eso que con el frío no me animé a subir a la torreta que corona el edificio...


Imagen: puente Mayor sobre el río Pisuerga, Aguilar de Campoo  (Palencia)

Y una más... desde la galería, que las disfrutéis... Por cierto, que luego salió el sol y quedó una tarde fría pero luminosa... ;-)


lunes, 21 de febrero de 2011

Nuevo reto


Nunca me duelen prendas a la hora de reconocer que este blog surgió de un modo totalmente casual y experimental. Fruto de un curso sobre redes sociales y nuevas herramientas 2.0, guiado por Nacho Gallego. Su origen, un tanto incierto, hace que en un principio fuese un simple experimento sin una meta clara y, como diría mi amigo Marce, sin grandes pretensiones. 

No tardé en darme cuenta de  lo mucho que puede llegar a atraparte la blogosfera y me sorprendió comprobar que existían unos pocos locos interesados en leer mis post. Poco a poco, se fueron sumando vecinos, amigos, familiares, conocidos y  muuuuuuuuuuuchos desconocidos a los que ha sido un placer toparme en el camino. Algunos están de paso, otros han pasado a formar parte imprescindible de mi universo diario...  Gracias a tod@s ell@s, lo que comenzó como un juego, se convirtió en una necesidad, en una adicción, que fue tomando forma y cuerpo.

Este espacio, que surgió como una nave a la deriva, sin rumbo fijo, mudó en un pequeño rincón para la promoción de Foldada, un diminuto punto en el mapa de carreteras de la Montaña Palentina. Un pueblo de 14 habitantes que, pese a todo, tenía ya su lugar en la wikipedia y en google maps. A lo largo de casi un año, he tratado de mostraros rincones, paseos, tradiciones, gentes... y, también, por qué no, de vez en cuando, os he abierto una puerta a mi mente, a mis ideas, a mis pensamientos y emociones... Primero sola y, poco a poco respaldada, arropada y acompañada por una buena parte de los vecinos.

Hoy, os confieso que para mí contar con 83 seguidores y haber recibido más de 6000 visitas en poco más de ocho meses (tiempo que lleva instalado el contador) es un sueño cumplido. Sé que para los vecin@s también ha sido algo maravilloso y sorprendente. El mérito, sin duda, es en buena parte vuestro, de los que estáís ahí al otro lado, en lugares vecinos como Cantabria, Léon, Burgos, Valladolid o Zamora, en rincones con playa, como Valencia, Barcelona o Murcia, en la capital, Madrid, en Salamanca o en Béjar, en Extremadura, en las islas, en Andalucía, Galicia... y también para los que virtualmente cruzáis el charco para leernos desde Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Brasil...  para los que os enfrentáis a un idioma que no es el materno, desde Finlandia, Japón, Francia o Alemania...

Es la magia de internet y de las redes sociales, que trazan caminos insospechados y nos permiten asomarnos a otros mundos, a otras realidades, a otras vidas...  A tod@s: GRACIAS!!! por levantarnos el ánimo con vuestros comentarios y por impulsarnos a poner en marcha un nuevo reto: una página en FACEBOOK, cuyo muro iremos llenando poco a poco, con fotos, ideas y, sobre todo, con mucha ilusión. ;-)




lunes, 7 de febrero de 2011

Ya están aquí...

Foto: Nido junto al tejado de mi casa
Carlos. 2011

No llegaron exactamente por San Blas, como dice el refrán, pero ya están aquí. Al lado de casa, en su vivienda habitual, alegrándome las mañanas y el desayuno con su singular crotoreo. No me extiendo demasiado en este punto, porque ya os he hablado en innumerables ocasiones de mis "vecinas más próximas"

Los más "veteranos" en este rincón, recordaréis que hasta estuvieron presentes durante nuestra inmersión definitiva en el ciberespacio..., - que hubo quien sugiró ponerles una antenuca en el nido y todo... -.  Coincideréis conmigo en que compartir este tipo de circunstancias cruciales e intimidades, marca. Así que, sí, podemos decir, que las cigüeñas forman parte de la familia...  No sé, como aquel tío carnal, que viene al pueblo tres o cuatro meses al año a pasar el "verano" - en este caso, la estancia es un poco más prolongada, cierto-.

A buscar ramas o quizá alimento...

Quería aprovechar el post, para informaros también de que ya está abierto el Centro de Interpretación de la Cigüeña Blanca en Barrio de Santa María, a escasos kilómetros de Foldada. La recepción, por llamarlo de alguna manera, está situada en una casa restaurada al final del pueblo. Allí encontraréis paneles informativos, vídeos didácticos, fotografías y todo tipo de documentación acerca de estas zancudas, las ciconia ciconia.

El Centro está gestionado por Global Nature y abre los fines de semana y los festivos de 10 a 18 h. La visita es completamente gratuita y además ofrece otro tipo de actividades didácticas o rutas por la zona, para una mejor observación de las cigüeñas. De hecho, incluso podéis ver en directo uno de los nidos, gracias a una pequeña webcam, que, dentro de poco, espero, será accesible también a través del portal del centro. ¿Algun@ se anima??

Archivo Foldadablog. Foto Carlos 2010. 
Primer cigüeño

Nota: Como veis sigo viva... Por cierto, muchas gracias a Abu, a José, a Laura M y a tod@s los que, de uno u otro modo, os habéis pasado a preguntar qué era de mi vida...



viernes, 7 de enero de 2011

De ollas, cocidos y física cuántica


Entré consciente y convencida a mi reducida despensa. Allí estaba ella: reluciente, altiva, reposando sobre un brick de "Agua de Lebanza" por falta de espacio, pero sin perder la dignidad que otorga una juventud moderna y "sobradamente preparada"... No me dejé intimidar.  


"0 tú, o yo - pensé- De hoy, no pasa" y la agarré fuertemente por el mango... Primero con una mano y luego con las dos, "¡¡Dios, cómo pesa la condenada!!!". Efectivamente. En ese momento empecé a acordarme del padre del invento y de toda su parentela... Dejé en la caja el "tumbo-manual de instrucciones" y me quedé con la versión reducida. Esa  de cuatro o cinco hojas, específica para vagos, cagaprisas, y no-manitas, que, de un tiempo a esta parte -a Dios gracias!-, todas las empresas han empezado a incluir en sus productos.

La coloqué a duras penas sobre la vitro -primera prueba, superada-. Sin pensarlo dos veces y sin abrir el mini-manual para vagos, eché a ojo el agua que consideré oportuno. En lo que troceaba los puerros y pelaba los ajos, de reojillo y con cierto aire de suficiencia, empecé a leer la primera de las cuatro páginas de instrucciones. ¡Mierda!, línea 4. "si cocina garbanzos u otras legumbres tendentes a generar espuma no eche más de 1/3 de agua"... 

"Cagüen... tó, ya metí la pata. Serás... ¿Y cómo calculo el tercio de agua??? ¿con los garbanzos ya dentro, que ocupan espacio, o sin ellos??? Vale, relájate, nos quedamos con la opción B. Hala!!! A cargar otra vez con el muerto hasta el fregadero!" Elimino el agua sobrante... pongo el resto a hervir y cuando está a punto de ebullición añado los garbanzos, la carne, el chorizo, un par de puerros troceados y dos dientes de ajo enteros, una pizca de sal y... a cerrar. Ok, en esta ocasión, me cercioro bien de leer las instrucciones para evitar errores: página 2, epígrafe "Cerrar tapa"... Oigo el click de rigor y deduzco que todo marcha según las previsiones. Craso error...

Por suerte para mi y para la integridad de mi hogar, en lo que comienza el proceso de cocción he decidido quedarme en la cocina e ir preparando los rellenos... Me dispongo a echar el primero a la sartén, cuando veo con sorpresa, que el "artefacto asesino" expulsa vapor por encima del mango -como indica el manual- y por los lados... -esto ya no aparece en ningún sitio-.


Iluminada por San Judas, por mi Ángel de la Guarda o por algún otro ente protector retiro presto y sin pensarlo el "intento de cocido" de la vitro.... ¡¡¡Uff, por los pelos!!! Reviso el invento, y veo, que pese a haber oído el click, he cerrado mal la tapa... "¿Y ahora qué???". El mini manual no dice nada de mala praxis en el proceso cierre. Respiro. Intento abrirla sin más... Nada, no hay manera, se resiste. Vuelvo al manual. Leo que mi rival cuenta con tres mecanismos de cierre de seguridad, "joer, pues ná, ya tenemos caja fuerte...!!!"

Desesperada. Subo corriendo las escaleras. Agarro el teléfono y marco mi 112 particular.

- "Madre!!!!"-
-¿Qué ocurre??? ¿Todo bien??? ¿Cómo llamas a estas horas???-
- Ná, que estoy intentando preparar un cocido... -
- Ah! muy bien. Echa un par de ajos que dan muy buen sabor y algún puerro si tienes... y el espinazo en adobo que te dio la abuela y...-
- Que sí, que sí, madre, que ya está... que no es eso. A ver, escucha, que la olla nueva ha decidido secuestrar a los garbanzos, la cerré mal y ahora no puedo abrirla, ¿se te ocurre algo?-
- ¿La has metido debajo del grifo de agua fría?-
-¿El qué, la olla?-
- ¡No, a la Abuela...! Pues claro...-
- Umm, no... ¿para qué???-
- Pues para que salga la presión... si no, no puedes abrirla...-

Vale, cuelgo, doy gracias a mi santa Madre, -sí, en ese orden-, y corro a la cocina a poner en práctica su consejo. Cargo de nuevo con el peso multiplicado de la olla. La colocó debajo del grifo, abro el agua fría y... oh! milagro, escuchó un "puuuuuuuuuuuuuuuffff" y noto la liberación de gases.... la tapa cae liviana sobre el cuerpo. Le doy al cierre y, ¡bingo!, abre sin problemas...

Eufórica, aprovecho para meter el tocino, que se me había olvidado en el primer intento, cierro -está vez sí- bien la tapa y vuelvo a colocar la olla -por tercera vez- sobre la vitro. Selecciono el grado de presión, pongo el fuego al máximo, como dice el manual, espero a que el vapor comience a salir por la parte superior del mango, reduzco el nivel de calor y empiezo a contar el tiempo de cocción (35 min. para presión baja -como aún no he metido la morcilla, ni los rellenos, para que no sufran un proceso de desintegración progresivo a causa de la presión-, descuento 10 min.).

Me voy tranquila a ver en la tele un programa concurso, no sin antes activar la alarma del móvil, para que me avise cuando hayan pasado exactamente 25 min. Mientras escucho la tele, acabo de leer las cuatro hojas de instrucciones. Ok, veo que para abrir la tapa, lo conveniente, en lugar de meterla bajo el grifo, es "seleccionar la posición de despresurización en la válvula". "Acabáramos! Ahora resulta que para manejar una olla es necesario tener conocimientos de física cuántica, ¿¿¿despresurización??? Menudo palabro..." No  acaban aquí mis sorpresas, para colmo de males, en la última página, en letra minúscula sobre el cuadro que especifica los tiempos de cocción de los alimentos, leo, "el tiempo comienza a contarse cuando empiece a salir vapor por la válvula con cierta fuerza", "¡carajo!, ¿pero no habíamos quedado en que era cuando saliese vapor por la parte superior del mango???? Ainss!!, qué paciencia!!!". 


Piii, piiiii, piiiiii. La alarma del móvil. Tiro el manual. Vuelvo corriendo a la cocina. Apago el fuego. Coloco la válvula en la posición de "despresurización" y.... en lugar de vapor, sale un chorro de agua hirviendo que empapa los azulejos, los tarros de las especias, el mortero... y, en resumen, me pone la cocina hecha un cristo.  Al borde del infarto, cojo la olla y vuelvo al método tradicional,  más bruto, pero menos peligroso, es decir, darle una ducha de agua fría. Abro. Tal y como me temía, los garbanzos están muy duros. Aún así, me arriesgo, meto la morcilla y los rellenos, cierro, programo y en lugar de 10 min. contados -esta vez sí- correctamente, le dejo 15.

No vuelvo al cuarto a ver la tele. Limpio y limpio y limpio y limpio, me acuerdo del inventor de la olla y de toda su parentela, sigo limpiando, pienso en mi suegra, mi cuñada, su marido y mi sobrino político, que vienen a comer mañana, a saborear "mi primer cocido en olla"... uff!, vale, 15 minutos. Apago el fuego. No me atrevo a abrir la olla. La dejo ahí, sobre la vitro, reposando...

Ya por la noche, animada por Carlos, que me asegura que "huele a gloria", regreso a la cocina. Aunque han pasado más de 4 horas y ya no debe existir presión ninguna, me curo en salud y paso la olla por el grifo. Abro. Y, ¡¡¡¡milagro, milagroso, habemus cocidum!!!. Estoy tan tan tan emocionada, que sólo me falta aplaudir con las orejas... Vale, la morcilla se ha pasado un pelín, pero por lo demás...  para ser el primero que hago en olla, ni tan mal. Buen provecho!!! ;-)

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