sábado, 29 de mayo de 2010

Retratos de antaño: El lavadero / La Tía Paca




A sus ochentay la Tia Paca era la mujer más vieja de un pueblo, en el que apenas quedaban jóvenes. De moza fue guapa, quizá, la más bonita. El tiempo y los disgustos surcaron su rostro de arrugas y cubrieron de canas su pelo negro azabache. Sus ojos, dejaban entrever un alma rota, por haber parido un hijo muerto, que le secó el vientre, por haber perdido a su marido en la guerra, por haber pasado hambre... Sus manos, duras, encallecidas por el trabajo. Su cuerpo antes esbelto, se veía ahora recogido y enjuto. Pese a todo, la Tía Paca, se ganó con creces el  respeto de sus vecinos. Siempre fue mujer cabal y honesta. 

Dobló en pico el pañuelo marrón con ribete negro, salpicado de florecillas azules, se lo colocó sobre el pelo recogido en un moño y lo anudó bajo la barbilla. Se echó la mañanita de lana granate acabada en flecos sobre los hombros, tapando la blusa azul marino. Planchó con las manos el mandil negro surcado de cuadraditos blancos y se recolocó la falda marrón estirándola un poco bajo las rodillas. Cambió las zapatillas rojas de andar por casa, por las negras de paseo.


Puso la pastilla de jabón de manteca y sosa sobre el balde verde de la ropa sucia y se lo colocó bajo el brazo. Agarró el bastón con la otra mano y salió decidida a la calle. Nunca aceptaba ayuda, "mientras yo me valga, buena gana de deber favores", pensaba. Hacía años que todas las casas del pueblo, menos la suya, contaban con una lavadora. A la Tía Paca, no le hacía falta aquella máquina, "total, pá qué, yo froto y quito bien las manchas, la máquina marea la ropa, no más". 


Se hincó de rodillas junto a la primera pila del lavadero, apoyó el bastón contra el cemento, y dejó el balde en el suelo. Cogió la primera blusa la empapó bien en el agua, la restregó de jabón y comenzó a frotar, con fuerza, arriba y abajo, de un modo casi mecánico, el de quien ya está acostumbrado. Mientras se peleaba con las manchas venían a su mente imágenes de un tiempo, en el que llegaban a juntarse hasta diez mujeres en el lavadero, mozas y casadas.

Aún podía oír las risas, el salpicar del agua, los chismorreos. Porque, sí, para qué engañarse, al lavadero también se iba a cotillear o hablar de los problemas, que quitaban el sueño. "Habéis oído lo de la Luisa, la pequeña del Sebastián, dicen que iba preñá" "Claro, de ahí las prisas de su padre por casarla" "A saber de quién será el crío" "Anda calla, Mercedes, que no estás tú pa hablar muy alto" Y así, entre chismes y cantares, se pasaba el rato.



La Tía Paca, pensaba en estas cosas, mientras restregaba la ropa y, de vez en cuando, aunque sola, cantaba. No le hacía falta compañía, pero, "vete que sube alguna".


Lavandera soy de cuna
porque así lo quiso Dios
lavandera fue mi madre
lavanderita soy yo


Y aunque el sol salga
y azote el frío
la lavandera siempre en el río
siempre lavando
la lavandera
siempre cantando


jabón le doy a la ropa
jabón y venga jabón
jabón que todo lo aclara
jabón y un buen restregón

martes, 25 de mayo de 2010

Una foto, una canción y a dormir


Me encantaría deciros que la foto es mía, pero no, es de mi amiga Isis, en cuanto a la canción, sobran las presentaciones y las palabras ;-) Buenas noches, amig@s!!!





lunes, 24 de mayo de 2010

Del ciberespacio al mundo real y viceversa


- "¿Cómo nos vamos a acercar al pueblo, si ni siquiera sabemos quién es? Lo de Carzum sera un nick, ¿no?"-
- "Mujer, si son 13 vecinos, nos acercamos, preguntamos... y si no, con gritar ¡¡¡Carzum!!!, alguien saldrá, digo yo"-

Más o menos, así debió ser cómo Tejón se animó a venir a Foldada, junto con parte de su familia. No hizo falta que gritara mi nick -aunque hubiera sido divertido ;-)-. Con las fotos del blog ya tenía más o menos ubicada mi casa y una vecina, amablemente, acabó de orientarles. 

Así pues, yo salía al patio a sacudir el mantel de las migas de la comida - para alimentar a los gorriones-, cuando me topé al otro lado de la verja con Tejón. 
"¿Eres Carzum?"
"¿Tejón?"

De esta forma tan sencilla, pasamos de golpe y sopetón, del ciberespacio al mundo real, de este pequeño rinconcito virtual, al pueblo en sí. Me regaló un tejo y compartimos un rato de charla  en familia con mis padres, Carlos y mi abuela.

La visita fue breve, pero intensa, y nos dio tiempo a enseñarles las cigüeñas, el lavadero, la iglesia e incluso el curioso y ancestral sistema, que utilizamos para abrir la puerta del templo.

Intercambiamos teléfonos y direcciones para seguir en contacto. Y nos comprometimos, entre otras cosas, a escribir esta entrada conjunta. Digo conjunta, porque las fotos son de Tejón. Sacó bastantes más, pero prefiero que os las muestre él y que os cuente en primera persona su impresión del pueblo ;-).

Por cierto, que a Tejón, como a mí, le gusta la música tradicional y el peculiar y bronco sonido del rabel, así pues, termino esta entrada con una canción de mi amigo, genial rabelista y gran improvisador, Miguel Cadavieco.


(leer cantando, con el tonillo que le da Miguel) "La despedida he dado, ya lo han leído, y el que ha llegado tarde, se lo ha perdido..." ;-)

sábado, 22 de mayo de 2010

Tejón



Hoy ha sido un día un tanto especial. Hemos recibido en Foldada la primera visita derivada del blog. Hoy he conocido a Tejón y a parte de su familia. Ha tenido el detalle de traerme el tejo que veis en la foto, que plantaremos en el patio de atrás y que cuidaremos con esmero. 

Simplemente, quería con esta entrada, darle las gracias por la visita. Os aseguro que a todos nos ha hecho mucha ilusión conocerles. Tanta, que ya estamos pensando en organizar el primer encuentro de bloggeros de pueblo en Foldada (jeje). Ha sido idea de Carlos, pero creo, que no estaría nada mal. Eso sí, necesitamos un poquito más de tiempo, pero todo se andará... Incluso podíamos unir el ciberespacio a la gastronomía, para hacer más redondo el evento... 

Vaya, ya se me ha ido la pinza y me he vuelto a enrollar como las persianas. Lo dicho, Tejón, que ha sido fantástico conoceros, a ver si otro día nos vemos con más tiempo... Ah! y quedo pendiente de las fotos para hacer la entrada conjunta ;-)

viernes, 21 de mayo de 2010

Agapito Marazuela

"El último juglar castellano". Así definía a D. Agapito Marazuela Pedro Fernández Cocero en una obra publicada en 1976. Personalmente, creo que es una muy buena descripción de este folclorista, musicólogo e insigne dulzainero segoviano, para muchos desconocido y por otros olvidado.

Se merece una entrada en Foldadablog, porque cuando creé el sitio, lo hice pensando en abrir un pequeño hueco en el ciberespacio para contribuir a la promoción de este pequeño ricón de la Montaña Palentina, y por ende, de otros pequeños pueblos de nuestra geografía. 

D. Agapito Marazuela recorrió una buena parte de estos lugares, charlando con los mayores y recopilando viejas tonadas, romances y canciones, que después difundió, cual juglar, con su dulzaina, sobre todo, pero también con otros instrumentos como la guitarra o el tamboril. Tampoco faltaron publicaciones como  el Cancionero de Castilla la Vieja o el Cancionero Segoviano.

Leo además en una entrevista publicada hace años por la revista de folclore de la Fundación Joaquín Díaz, que D. Agapito pasó cierto tiempo por tierras montañesas, muy cercanas a ésta desde la que escribo, lo cual me une un poquito más a su figura y justifica aún más si cabe este post.

No llegué a conocerlo, ni tampoco he conseguido aprender a bailar su entradilla, aunque sigo intentándolo, y será, por mucho tiempo espero - para martirio de mis compañeros-, el politono de mi móvil. Aún así, tengo claro que fue un hombre de pueblo, comprometido con su tiempo y con sus raíces. También tengo claro que, por ahora, Foldadablog, no tiene música, pero si la tuviera, probablemente fuese la dulzaina de D. Agapito, que ya ha servido de inspiración a numerosos grupos folk. 

No quiero extenderme mucho más, porque simplemente quería ofreceros una pequeña reseña-homenaje a la figura de este dulzainero segoviano y a su legado. Os dejo, no la versión original de su entradilla, sino una versión de La Musgaña. No es lo mismo, pero espero que os guste ;-)



Nota: Publicar esta entrada se me ocurrió a raíz de uno de los últimos comentarios de Xibelius, en el que me recordaba que hacía mucho tiempo que no veía escrito el nombre de D. Agapito. Aquí lo tienes ;-)

miércoles, 19 de mayo de 2010

Por fin completé la I Escena....



Ante todo pediros disculpas, ya sabéis que voy escribiendo a ratucos, en función del tiempo y la inspiración, por eso os voy dando las historias en pequeños fragmentos. No obstante, la primera escena de este relato ya está completa, así pues para no volveros locos con los links, os recopilo todo lo publicado hasta el momento.


Martín se despertó sobresaltado al oír la voz apremiante de su padre. De un brinco, abandonó el viejo jergón de paja que compartía con sus dos hermanos pequeños, Hernán de 8 años, y Simón, de 6. Él ya contaba doce primaveras y llevaba tres ayudando a su padre en el taller.

Aún no había amanecido, ni un triste reflejo por la estrecha ventana del cuarto. La cortina de saco que separaba su cama de la de sus padres continúaba echada. Su madre, Isabel, no se había levantado. Rehusó encender el candil para no despertar a los pequeños. No había peligro de tropezar con nada. El mobiliario de la habitación se reducía a un pequeño baúl junto a la puerta, en el que guardaban sus escasas pertenencias: algunas camisas, jubones y viejos calzones raídos.

Se abrochó el cinturón de cuero, que su tío Sebastián, el curtidor, le regalase hacía ya cuatro años. Por suerte, su tío pensó en un regalo que le sirviese de por vida y, pese a haber aumentado considerablemente su talla, aún le seguían sobrando unos cuantos agujeros.

Se disponía a bajar la escalera de pie, hecha de madera de roble, que conducía a la planta baja ,cuando escuchó la voz susurrante de su madre.
"Martín, hijo, no olvides ordeñar a la vaca"
"Sí, madre, descuide, ya me ocupo".

Fue descendiendo peldaño a peldaño la escalera, a tientas, procurando no hacer ruido, hincando el pie en cada pezado de tronco y agarrándose bien a ambos estremos. Acostumbraba a levantarse antes que sus hermanos. Así pues, era capaz de bajar los quince toscos peldaños de la escalera, sin que apenas se oyese un leve crujido.

Posó sus pies en el suelo de arena de la planta baja. Tomó el candil que había sobre un tocón junto a la escalera. Guiado por la escasa luz del rescoldo de la noche anterior, se acercó hasta la chimenea y lo encendió.

En el puchero de barro, con el culo quemado de tantos guisos, aún quedaban restos de la cena, unas gachas, a base de leche, harina y agua. No tenían muy buen aspecto, así que, Martín cogió un mendrugo de pan duro y lo dejó sobre la basta mesa de madera que ocupaba el centro de la estancia.

A un lado, separada por un pequeño tabique, la vaca Margarita rumiaba ufana la hierba que Martín Padre, le había dejado en el pesebre antes de encerrarse en su taller. Martín Hijo, se acercó a ella, cogió la cubeta de zinc y la banqueta y se sentó a ordeñarla con paciencia. Acarició su lomo y, poco a poco, fue tirando de la ubre, suave pero firmemente. Le encantaba el repiqueteo de la leche templada, recién salida del animal, al chocar contra el metal.


Acabó de ordeñar, cogió una escudilla, la llenó de leche y fue desmenuzando el mendrugo de pan, hasta conseguir unas jugosas sopas. Su madre siempre le decía que un buen desayuno es fundamental para sobrellevar las tareas diarias. Por desgracia, no siempre había contado con el mendrugo de pan duro ni la vaca llevaba tanto tiempo en la familia, apenas un par de años, desde que su padre comenzó a trabajar en la obra de la iglesia.

Saboreó las sopas de leche, rebañando hasta la última gota, se asomó a la puerta principal, comenzaba a amanecer y las gallinas picoteaban unas hojas de col. Seguramente su padre las había soltado al levantarse, para que campasen a sus anchas por el corral. Separado por una pequeña empalizada, el huerto, en el que su madre había conseguido cultivar algunos nabos, calabazas, ajos e incluso guisantes. En una esquina, junto a la casa de adobe y piedra, un manzano y un ciruelo, completaban el entorno hortofructícula de la familia.

Todavía le quedaba una tarea por hacer antes de acudir al taller. Caminó hasta el estrecho pozo de piedra con brocal de una sola pieza, que había junto al huerto. Aún recordaba aquella ocasión en que siendo niño su padre le ató con una cuerda y lentamente le fue bajando para limpiar el fondo. Ahora sería imposible repetirlo, puesto que su cuerpo adolescente ya no cabía por el brocal.

Pero cada vez que se acercaba al pozo, recordaba aquella sensación  de inquietud, de vértigo, de opresión, al ir descendiendo por la pared de piedra. Fue divertido en su momento. En su niñez lo entendió casi como un juego, con premio final, puesto que logró rescatar del fango una vieja vasija de barro, que aún guardaba como un tesoro.

Dejó a un lado aquellas imágenes y se concentró en amarrar bien la cuerda de esparto, fue tirando de ella hasta sacar un cubo de agua, que dejó en la cocina, junto a la chimenea, para evitar a su madre el trabajo.

Completada la faena, recorrió los escasos pasos que separaban la casa familiar del taller de su padre. A punto estaba de entrar, cuando escuchó un fuerte golpeteó en la puerta principal. Alguien llamaba con insistencia al taller. Se detuvo y se quedó agazapado escuchando...



Si yo fuera...

Mi amiga Madame Minuet, con cuyos blogs estoy aprendiendo más historia que en el cole, me proponía participar en un curioso y divertido juego al que sin dudarlo me presto. Ahí van mis respuestas:


Si yo no tuviera mi nombre ... me hubiera encantado llamarme Sabina.
Si yo fuera hombre ... me encantaría tener el cerebro de A. Einstein y la presencia de Paul Newman
Si yo fuera mujer... sería yo misma, supongo.
Si yo pudiese elegir no ser alguien.. no sería Enriqueta Martí, por ejemplo.
Si yo fuera un animal ... sería una pantera o quizá un lince...
Si yo fuera una mascota ... sería mi perro, Chico.
Si yo fuera un insecto ... una araña no, eso seguro.
Si yo fuera un árbol ... sería una encina.
Si yo fuera una flor ... sería una violeta.
Si yo fuera un sentido ... sería ummm, el gusto.
Si yo fuera un sabor ... sería entre salado y picante, me temo.
Si yo fuera una temperatura ... estaría en torno a los 18º
Si yo fuera un elemento ... sería la tierra. -aunque muchas veces esté paseando por las nubes...-
Si yo fuera una parte del cuerpo ... sería los ojos, sin duda.
Si yo fuera un adjetivo ... sería despistada.
Si yo fuera una comida ... sería umm, las croquetas de mi madre, mire usted.
Si yo fuera una galleta ... difícil pregunta para alguien que vive al lado del pueblo de las galletas, quizá, la digestive choc de Gullón, jeje.
Si yo fuera una bebida ... sería un buen vino, seguro.
Si yo fuera una fruta ... quizá una cereza.
Si yo fuera un postre ... sería las natillas caseras de mi abuela María.
Si yo fuera una golosina ... sería una piruleta.
Si yo fuera un olor ... olería a hierba fresca, a campo recién segado, a tierra...
Si yo fuera un sonido ... sería la entradilla del gran Agapito Marazuela.
Si yo fuera un color ... sería el morado, sin lugar a dudas.
Si yo fuera un trabajo ... sería lo que soy, periodista o quizá antropóloga...
Si yo fuera un vicio ... para desgracia de mi amigo Marce, el tabaco...
Si yo fuera una Religión ... esto no me lo imagino...
Si yo fuera un electrodoméstico ... sería una radio
Si yo fuera un objeto del baño ... sería un espejo mágico y con sexto sentido ;-)
Si yo fuera un libro ... sería La Vieja Sirena de José Luis Sampedro
Si yo fuera un escritor ... sería Miguel Delibes.
Si yo fuera una película ... sería La vida es bella.
Si yo fuera un director de cine ... sería Luis Buñuel
Si yo fuera un actor ... sería Paul Newman
Si yo fuera una actriz ... sería Vivien Leigh, aunque sólo fuese por decir aquella maravillosa frase de "A Dios pongo por testigo..." ;-)
Si yo fuera una serie de televisión ... sería Doctor en Alaska
Si yo fuera un personaje de cine/tv ... sería Sherlock Holmes.
Si yo fuera una canción ... sería Las nanas de la cebolla de Miguel Hernández en la voz de Joan Manuel Serrat.
Si yo fuera un grupo/banda ... sería The Beatles.
Si yo fuera un cantante ... sería Joaquín Sabina.
Si yo fuera un disco ... sería Dedicado a Antonio Machado, poeta, de Joan Manuel Serrat.
Si yo fuera un instrumento musical ... sería una dulzaina o un rabel.
Si yo fuera un cuadro ... sería Noche estrellada de Vang Gogh
Si yo fuera una escultura ... sería uno de los árboles de Ursi
Si yo fuera una prenda ... sería una mañanita ;-)
Si yo fuera un regalo ... sería un Plan B relajación con masaje en balneario.
Si yo fuera un juego de mesa ... sería la oca.
Si yo fuera un mueble ... sería una alacena.
Si yo fuera un perfume ... sería algo muy fresco azahar, por ejemplo.
Si yo fuera un coche ... sería un mini ;-)
Si yo fuera una estación del año ... sería la Primavera
Si yo fuera una fecha ... sería el 23 de Abril.
Si yo fuera una hora del día ... sería todas las horas del día.
Si yo fuera un mes ... sería Julio
Si yo fuera un día de la semana ... sería sábado.
Si yo fuera un momento del día ... sería el del café o la cañita después o antes de comer.
Si yo fuera un lugar ... sería la Torre de los Vientos de Atenas.
Si yo fuera una ciudad ... sería Roma
Si yo fuera un planeta ... sería Saturno
Si yo fuera un continente ... sería África
Si yo fuera un mar ... sería el Mediterráneo
Si yo fuera un deporte ... sería la hípica
Si yo fuera un número ... sería el 3
Si yo fuera una sensación ... sería la incertidumbre
Si yo fuera un estado de ánimo ... sería muy cambiante, ;-)
Si yo fuera un pecado ... sería la gula, sin duda.
Si yo fuera un defecto ... sería la precipitación y la impaciencia.
Si yo fuera un dolor ... sería un dolor de cabeza
Si yo fuera una edad... me quedaría en los 30 ;-)
Si yo fuera una palabra ... sería arambol o almanaque


Y ahora yo propongo a mi vez a:
Como soy nueva en esto, a cualquiera que se preste a ello ;-)

martes, 18 de mayo de 2010

El coche de google también pasó por Foldada


Ver mapa más grande

Sí, está es la prueba de que Foldada, está muy bien geolocalizado en el ciberespacio. Está claro que los de google son unos hachas, han llegado con su coche cámara hasta este diminuto punto de la Montaña Palentina. Ahí es nada!!! Y la ilusión que me hizo descubrirlo, no podéis imaginaros, por eso no me he resistido a compartirlo.

Supongo que ya conocéis el funcionamiento de google maps, así que no hace falta que os diga que si movéis el muñequito podéis acercaros más al pueblo y continuar la ruta. ;-)

lunes, 17 de mayo de 2010

Conectados


Sí, amigos, tras casi tres años viviendo en Foldada y después de un mes largo persiguiendo a Iberbanda: por fin, tenemos internet en el pueblo!!!. La foto, captada por Carlos, recoge el momento preciso en que el técnico se subió al tejado de casa a colocar y orientar la nueva antena.

Coincidiréis conmigo en que lo mejor de la imagen, sin duda, es la cara y la expresión de nuestra vecina la cigüeña: completamente erguida en su nido y atenta a todos los movimientos del técnico. Seguro que estaba alucinando, lo mismito que nosotros al comprobar que no sólo tenemos acceso al ciberespacio, sino que además podemos navegar a una velocidad nada desdeñable. ;-)

sábado, 15 de mayo de 2010

Piedad Isla: "Retrato de una vida, una vida de retratos"


Llevaba cierto tiempo queriendo mostraros este trabajo, lo hice con mi compañero Ricardo Fernández, en la Fundación Santa María la Real y hasta ahora sólo podía verse en canalpatrimonio. Por suerte, hoy en un curso sobre habilidades digitales para periodistas, organizado por la Asociación de la Prensa de Palencia e impartido por Antonio Manfredi, he aprendido cómo colgarlo directamente en mi blog ;-)

viernes, 14 de mayo de 2010

El patito feo




Me encantaría deciros que está foto la tomé en Foldada, pero no, es el río Pisuerga a su paso por Aguilar de Campoo y una simpática familia de patos. Si os fijáis hay un único patito amarillo, que llama especialmente la atención del personal.

Al verlo inmediatamente pensé, no sé por qué, en el "patito feo" y, creo que no soy la única que ha tenido la idea, porque estos días es la frase que más se repite entre los viandantes del paseo de la Cascajera.


Después, eso sí, su siguiente afirmación es: "pero en este caso es el más bonito..." y es que, como suele decirse, a veces, las apariencias engañan...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Gente con historia.



Al ojear, como todos los días, los periódicos locales, me topo en el Norte de Castilla, edición Palencia, con una curiosa y entrañable historia: la de Teófilo González, que a sus 80 años continúa ilusionado al frente del ayuntamiento de Villaconancio. Cuenta la compañera Leonor Ramos que Teófilo lleva más de tres décadas ocupando con diligencia el cargo (¡ahí es nada!). Digo con diligencia, porque por algo lo habrán reelegido sus convecinos.

Si no me fallan los cálculos ha sido y es el primer y único alcalde democrático de esta villa palentina y creo que merecía un hueco en Foldadablog. ¿Por qué? Muy sencillo, porque creo que Teófilo es, sin duda, uno de tantos, de tantas personas anónimas, de tantos y tantos alcaldes de pequeños, diminutos pueblos de nuestro entorno que a diario desarrollan su trabajo con ilusión y sin ningún tipo de compensación, al margen de ideologías y partidos, porque sí, Teófilo se presenta a las elecciones bajo unas siglas concretas, pero, como bien sabéis, en los pueblos no suele votarse al partido, sino a la persona, lo cual es no sólo lógico, sino también eficaz.

Su historia, la que cuenta Leonor de una forma magistral e incluso pedagógica, me ha recordado además a una de mis vecinas, Césarea, que a sus 91 años es un ejemplo de vitalidad, optimismo, energía, sensatez y sabiduría acumulada durante años.

Me ha recordado también a mis abuelos. Ahora sólo me queda una, Lola, pero he tenido la grandísima suerte de conocer a los cuatro y he de deciros que a todos les he admirado y que de todos, por suerte, he aprendido algo. De mi abuelo Ángel, por ejemplo, me queda el amor al campo, a la naturaleza, a los animales, al pueblo... De mi abuela María me queda su sabiduría (fue maestra, en una época en la que os aseguro que pocas mujeres y menos viviendo en un pueblo podían acceder a estudiar una carrera), su bondad, su saber estar, su espírutu optimista y luchador, su espiritualidad... De mi abuelo José, me queda su sonrisa picarona, su sensibilidad, su gracia, su altura personal, sus despistes, su ingenuidad (ah, y por supuesto sus rizos, que esos sí los he heredado). Finalmente de mi abuela Lola, me queda todo, porque como os digo se mantiene al pie del cañón a sus 76 años, con una vista envidiable y unas manos únicas para el punto de cruz. Con ella, por suerte, sigo compartiendo ratos, quizá, eso sí, muchos menos de los que debería...

martes, 11 de mayo de 2010

Yo y mis cigüeñas


Tranquilos, no quiero ser pesada, y creo que ya os he hablado bastante de mis vecinas las cigüeñas, que habitan en un viejo fresno junto a mi casa. Sin embargo, como aún no os había podido mostrar ninguna imagen y quizá estabáis dudando de su existencia..., os dejo un par de fotos que captó Carlos hace unos días, espero que os gusten ;-)


lunes, 10 de mayo de 2010

Dos meses, un blog, terapia de grupo, 21 amigos y otros tantos lectores


Hoy me he dado cuenta de que se cumplen exactamente dos meses desde que comencé a escribir el blog, a andar este cibercamino, real e imaginado.

Hoy me he dado cuenta de que este rinconcito en el ciberespacio cuenta ya con más amigos que vecinos tiene el pueblo que le da nombre, lo cual es una absoluta satisfacción.

Hoy he recordado que empecé a escribirlo sin convicción y sin ninguna pretensión, fruto de un taller sobre blogs impartido por País Románico.

Hoy he recordado que fue mi amigo Borja, el primer seguidor de Foldadablog fuera del curso, quien me animó a continuarlo.

Hoy he releído el comentario de Fosi, en mi primer ciber cuento, unas palabras que me sorprendieron por inesperadas y que me dieron alas para seguir escribiendo.

Hoy he experimentado de nuevo la sensación de satisfacción que sentí al entrar en el blog de mi amiga y profesora de tapiz, Andrea Milde, porque descubrí que a mí también me van los laberintos. 

Hoy sé que cada día aprendo algo en la blogosfera, que los sitios de Madame Minuet, La Dame Masqué o la Abuela Frescotona, se han convertido en lugares de visita diaria.

Hoy me he emocionado, entrando en la cueva de Tejón, y leyendo su injusta y aciaga historia sobre Policarpo.

Hoy me he vuelto a emocionar viendo que mi amigo Marcelino ha publicado una nueva entrada en su aún no publicitado blog que, como el mío, nació, sin grandes pretensiones.

Hoy, en definitiva, quería daros las gracias a todos,  a los amigos visibles, los ya mencionados y aquellos que están ahí desde el comienzo (Tais, Isis, Carlos, Gonzalo, Valen, Teo, Olga, Ruralab...), a los que se han ido incorporando con el paso del tiempo (Espe, Alto Sil, Xibelius, NikitaJose...) y a los que sin estar agregados leen y me animan con sus comentarios (Edu, Víctor, Guiller, Lau, José M., Marta, Gema, Sol, Ana...), a los que se vayan sumando  y a tantos y tantos otros. 

Hoy quería confesaros que para mí ha sido todo un descubrimiento esto de la blogosfera, es más, me atrevería a  decir, que para mí funciona casi casi, como una terapia de grupo. Lo dicho, GRACIAS.





viernes, 7 de mayo de 2010

Escenas

Anteriores entregas

Posó sus pies en el suelo de arena de la planta baja. Tomó el candil que había sobre un tocón junto a la escalera. Guiado por la escasa luz del rescoldo de la noche anterior, se acercó hasta la chimenea y lo encendió.

En el puchero de barro, con el culo quemado de tantos guisos, aún quedaban restos de la cena, unas gachas, a base de leche, harina y agua. No tenían muy buen aspecto, así que, Martín cogió un mendrugo de pan duro y lo dejó sobre la basta mesa de madera que ocupaba el centro de la estancia.

A un lado, separada por un pequeño tabique, la vaca Margarita  rumiaba ufana la hierba que Martín Padre, le había dejado en el pesebre antes de encerrarse en su taller. Martín Hijo, se acercó a ella, cogió la cubeta de zinc y la banqueta y se sentó a ordeñarla con paciencia. Acarició su lomo y, poco a poco, fue tirando de la  ubre, suave pero firmemente. Le encantaba el repiqueteo de la leche templada, recién salida del animal, al chocar contra el metal.  



 

jueves, 6 de mayo de 2010

Primavera, cerezos y versos de Neruda


 "...Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.

Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos."



Sí, amigos, las fotos que veis son la imagen que me brinda estos días, el cerezo que plantamos hace dos años en el jardín de casa y que, sorprendentemente, Chico ha respetado. Al verlas, no sé por qué, me vinieron a la mente los versos de Neruda y pensé, ¿por qué no compartirlo? Es tan elocuente... Espero que os guste ;-)

martes, 4 de mayo de 2010

Escenas

Vine de aquí

Se abrochó el cinturón de cuero, que su tío Sebastián, el curtidor, le regalase hacía ya cuatro años. Por suerte, su tío pensó en un  regalo que le sirviese de por vida y, pese a haber aumentado considerablemente su talla, aún le seguían sobrando unos cuantos agujeros.

Se disponía a bajar la escalera de pie, hecha de madera de roble, que conducía a la planta baja ,cuando escuchó la voz susurrante de su madre.
"Martín, hijo, no olvides ordeñar a la vaca"
"Sí, madre, descuide, ya me ocupo".

Ahora sí, fue descendiendo peldaño a peldaño la escalera, a tientas, procurando no hacer ruido, hincando el pie en cada pezado de tronco y agarrándose bien a ambos estremos. Acostumbraba a levantarse antes que sus hermanos. Así pues, era capaz de bajar los quince toscos peldaños de la escalera, sin que apenas se oyese un leve crujido. 

domingo, 2 de mayo de 2010

Tarde de lluvia y gorriones


Ya os he hablado de mis vecinas las cigüeñas, quienes, por cierto, creo que ya han puesto su granito de arena, para aumentar la población de estos bípedos en la Montaña Palentina. Hoy os hablo de otros pequeños vecinos, que a menudo "pastan" en mi patio.

Sí, me refiero a los gorriones. Ayer, disfrutamos en Foldada de una típica tarde primaveral, la primera de mayo, con tormenta incluida y un pequeño chaparrón. Cuando la lluvia cesó, dos parejas de gorriones volaron prestas a mi patio para alimentarse. Nos visitan casi todas las tardes. 


Al principio cuando Chico, mi perro, llegó al patio, receloso y precavido, espantaba a cualquier animal que se acercase a su comedero. Ahora, sabedor de que la comida no le va a faltar, comparte su pienso con urracas, gatos y gorriones. Observa, tranquilo, tumbado sobre la repisa de la ventana, cómo se alimentan. Así pues, aprovechando esta circunstancia, me acurruqué detrás de él con la cámara de fotos y el teleobjetivo y saqué estas curiosas imágenes. 


Os digo que había dos parejas de gorriones, no porque entienda mucho de pájaros, sino, más bien, porque recuerdo los paseos en el pueblo con mi abuelo Ángel y sus enseñanzas acerca de la naturaleza. Él siempre me dijo que el gorrión tenía una corbatita negra alrededor del cuello y la gorriona, no. Por eso deduzco que ayer, en mi patio había dos machos y dos hembras... Os dejo sus retratos ;-)


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